jueves, 5 de marzo de 2015

El tesoro

Hola lectores! He escrito un microcuento sobre un hecho común y corriente, que muchos pasan por alto y, aunque no lo creamos, la belleza esta en todos lados. Ojalá les guste!

Ella estaba ahí. Sus manos arrugadas sostenían el tesoro. Parecía estar en otro mundo, y así lo era.
Yo observaba detenidamente cada movimiento de ella, su rostro, sus manos, su cuerpo, absolutamente todo. Era extraña la situación; yo sumergido en ese ser celestial, ella sumergida en su mas amado tesoro. Ninguno de los dos parecía notar que paralelamente había un mundo llamado realidad. Sonreí sin razón y ella también lo hizo. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, por un momento creí estar conectado con ella. Movió su mano temblorosa y delicadamente pasó de página y se acomodó sus anteojos redondos y dorados. Ese movimiento, tan natural y casual, me recordó el porqué yo había comenzado a observarla. La curiosidad me ganó; me acerqué al banco, y le pregunté el nombre del preciado libro, que  leía tan apasionadamente.


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Muchísimas gracias!!

Flor.

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